Libertarismo: Qué es, principios y diferencias con el liberalismo
El libertarismo es una corriente del liberalismo que aboga por la reducción al máximo del Estado. Descubre qué es, sus principios y diferencia con el liberalismo y otras corrientes
¿Qué es el libertarismo?
El libertarismo es una corriente filosófica que parte del liberalismo y que defiende la libertad individual como valor supremo, rechazando casi cualquier forma de intervención estatal.
Su objetivo es construir una sociedad donde cada persona sea plenamente responsable de su vida, su cuerpo, su propiedad y sus decisiones, siempre que no interfiera en los derechos de los demás.
Los libertarios creen que el Estado debe limitarse al mínimo o incluso desaparecer, dejando que la vida social y económica se organice a través de contratos voluntarios, cooperación libre y el principio de no agresión.
Principios del libertarismo
Los pilares fundamentales sobre los que se construye el pensamiento libertario son:
- Autopropiedad: Cada persona es dueña de sí misma y nadie —ni siquiera el Estado— puede interferir en su cuerpo o decisiones.
- Principio de no agresión: Nadie puede iniciar el uso de la fuerza contra otra persona o su propiedad.
- Propiedad privada: Los individuos tienen derecho a poseer, utilizar y transferir bienes obtenidos de forma legítima.
- Responsabilidad individual: Cada persona debe asumir las consecuencias de sus actos, sin que el Estado intervenga para redistribuir o corregir resultados.
- Libre mercado: Las relaciones económicas deben basarse en acuerdos voluntarios, sin regulaciones ni subsidios.
- Estado mínimo o nulo: En su versión más extrema, el Estado debería desaparecer y ser sustituido por estructuras privadas de justicia y seguridad.
- Cooperación internacional y sin fronteras: Rechazo al nacionalismo y a las restricciones al comercio o a la movilidad de personas.
Diferencias entre liberalismo y libertarismo
Aunque comparten raíces y muchos principios, liberalismo y libertarismo no son lo mismo. La diferencia clave está en la visión del Estado y en el grado de libertad individual que se defiende.
En ocasiones se considera el libertarismo como una corriente del liberalismo.
Origen común
Ambas corrientes tienen como base el pensamiento de John Locke, quien defendía la propiedad privada, la autonomía del individuo y el papel limitado del Estado como garante de los derechos naturales. Sin embargo, a lo largo del tiempo, esta base común se ha interpretado de formas muy distintas.
Rol del Estado
- El liberalismo clásico acepta que el Estado tiene un papel que jugar, no solo para proteger la libertad, sino también para garantizar cierta igualdad de oportunidades. Puede intervenir en educación, sanidad o redistribución de riqueza, siempre que lo haga sin coartar gravemente las libertades individuales.
- El libertarismo, en cambio, considera que cualquier intervención estatal más allá de la protección de derechos es ilegítima. Los libertarios creen que la verdadera libertad solo se alcanza cuando el Estado no interfiere ni en la economía, ni en los cuerpos, ni en las relaciones personales.
Enfoque económico y social
- Los liberales suelen defender una economía de mercado con regulaciones mínimas, pero admiten ciertas políticas públicas.
- Los libertarios rechazan totalmente la planificación económica, los impuestos redistributivos y cualquier intervención estatal, incluso en educación, pensiones o sanidad.
Perspectiva moral
- Para muchos liberales, el Estado no es un enemigo, sino un aliado limitado que puede ayudar a garantizar una sociedad más justa.
- Para los libertarios, el Estado es un poder coercitivo que tiende a expandirse, a costa de la libertad individual. Por eso, buscan reducirlo o eliminarlo.
Conclusión
El libertarismo es una filosofía radicalmente individualista que lleva al extremo la defensa de la libertad y la propiedad privada. Aunque comparte raíces con el liberalismo, sus propuestas van mucho más allá, cuestionando la legitimidad misma del Estado y proponiendo una sociedad basada en la cooperación voluntaria, los contratos privados y la no agresión.
Si bien es una corriente minoritaria, ha tenido una influencia creciente en el debate público y sigue inspirando a quienes creen que menos Estado y más libertad es el camino hacia una sociedad más justa.